Etnografía de la ansiedad

Un mundo raro

Nos enfrentamos a un enorme reto en la cotidianidad de nuestros días. Cada uno como individuo, y como parte de una misma especie, con la que compartimos esta inusual cualidad de experimentar la otredad. Formamos parte de un complejo entramado de relaciones y estímulos que moldean y le dan sentido a nuestro quehacer de todos los días.

El problema

Nos enfrentamos, día tras día, a la impresionante hazaña de darle un sentido auténtico y verídico a nuestras vidas, y confiar en que debemos seguir hacia adelante, paso a paso. Si bien podemos andar por la vida en modo automático un tiempo, tarde o temprano siempre nos alcanza el fantasma del sentido de la vida, nos sacude y nos obliga a estar presentes otra vez.

Por supuesto que en esa búsqueda también nos enfrentamos a una buena cantidad de trampas, desafíos y obstáculos que deberemos sortear, de una forma u otra. Hay enemigos del otro bando que intentarán quitarnos nuestros recursos, o engañarnos para que los entreguemos, o te obligarán a trabajar para ellos a cambio de beneficios.

La vida es un enorme juego de rol y estrategia en tiempo real, con múltiples expansiones y modos de juego, recompensas, castigos y mecánicas especiales, que sirven para simplemente ponernos de acuerdo entre todas las personas y sortear esta vida de la mejor manera posible para cada quien.

Así como cuenta esta muchacha del tiktok:

@liamchu_08

ARRIBA LOS NUTRI FANSSSSSS ฅ⁠^⁠•⁠ﻌ⁠•⁠^⁠ฅ🩷

♬ sonido original – liamchu ʕ·ᴥ·ʔ🫐🐁

Todo indica que no puede ser de otro modo. ¿O sí? Quizá algún día nos pongamos de acuerdo. Pero hasta ahora, toda la vida ha sido: un bando contra otro, y gana el que juega mejor. Las reglas de los juegos obviamente las ponen los dueños del recurso, quienes para entretenerse, y también para que los dejemos tranquilos, nos ponen en este escenario, a combatir por los premios adicionales y las recompensas. ¡Es una trampa!

Los artistas y los empresarios, bajo las órdenes de los verdaderos dueños del capital y la riqueza, tratarán de hacerte creer que están de tu lado, para que compres lo que promocionan y vivas de acuerdo a sus reglas. Ni Shakira, ni nada que te guste, se salvan de esta dinámica.

Cada paso que damos, nos enreda más en este entramado. Pero es complicado salir, porque pareciera que no hay nada más allá, solo la desolación, la soledad, el abandono, la depresión, la ansiedad. La nada. La muerte.

Nos dan los remedios, están a nuestro alcance: sal, diviértete, ten pasatiempos, relájate. Pero en el fondo todo implica: compra, compra, consume, consume. Aunque todavía más en el fondo, nos referimos a la vinculación, a la conexión entre los individuos, que es lo que a fin de cuentas, hace perpetuar a las comunidades.

Como yo lo veo, el problema es que creemos, y validamos, que esta vinculación solo puede darse a través del consumo en términos monetarios, de riqueza, y de ciertos medios de intercambio válidos, como comida y bebida, placer, entretenimiento, solo así se puede establecer un valor y un equilibrio justo para todas las partes.

Todo se reduce a conseguir dinero, a fin de cuentas. Pagar nuestras deudas. Comprar, vender, comprar, seguir y seguir con esta dinámica hasta nuestro último aliento. Díganme si eso no es razón suficiente para temer por nuestras vidas todo el tiempo y en todo momento.

Una persona promedio se preocuparía por este tipo de cuestiones un rato, y después por otras más urgentes y más prácticas. En cambio, una persona con ansiedad no tiene la capacidad ni la habilidad para dejar de preocuparse por esto, o por otros temas que para el resto de la gente pueden parecer minúsculos o insignificantes. Su mente le dedica enormes cantidades de atención, incluso en segundo plano, durante largos periodos de tiempo, que pueden ser días, semanas o meses.

Recuerdo que pasaron meses y meses enteros en que me estuve preocupando por el pleito con mis hermanos, desde que me despertaba hasta que me iba a dormir, sin que nadie hiciera nada al respecto, sobre todo ellos, o yo. No recuerdo un periodo largo de mi vida en que no me haya tenido que preocupar por conseguir dinero, y entre más he tenido, más preocupado estoy. Es un horror constante.

Claro sí, la gente a mi alrededor me dice, qué fácil, deja de preocuparte, distráete, sal, diviértete, piensa en otra cosa. No es el pensamiento en sí lo que me imposibilita, sino una sensación en el cuerpo lo que me hace preocuparme.

Esa sensación está repartida por todo mi cuerpo, sí nace de mi mente y de mis pensamientos, pero en un parpadeo se esparce por el estómago, el cuello, las manos, las piernas, la energía en general, incluso el sueño.

Es como una comezón, que no puedes dejar de sentir nunca. Te puedes distraer, la puedes tolerar, puedes tener tal bienestar en tu vida, que no te perturba. Pero está ahí, todo el tiempo. Por momentos adquiere fuerzas, y otras veces se adormece. Pero siempre está ahí.

La solución

El mundo ya es raro de por sí. Las personas con ansiedad vivimos en un mundo todavía más raro, donde una sombra de preocupación y duda nos acompaña todo el tiempo, en todos lados. Un juicio constante, un cuestionamiento perpetuo, que no calla, que no cesa, que no nos permite simplemente disfrutar del momento.

Pero siempre he pensado, que el amor es lo único que nos puede salvar de este y de muchos otros fantasmas y obstáculos en nuestras vidas. Cualquier tipo de amor, cualquier intensidad, cualquier práctica que incluya atención, cuidado, ternura, cariño, y todos esos ingredientes que percibimos como amor, nos ayuda a seguir adelante y caminar todos los pasos que sean necesarios.

En este sentido es impresionante la canción de Juan Gabriel, “Debo hacerlo”, un grito enorme de auxilio y un llamado de atención de una persona que está perdiendo la batalla contra la soledad, y su consecuencia más directa, la muerte.

Pero no es más que la historia de todos nosotros. La búsqueda y el reconocimiento constante del amor que damos y recibimos, y que de maneras directas e indirectas nos permite sobrevivir en este mundo, y no solo eso: ser verdaderamente felices.

Lo más sorprendente de todo, es que la fuente de amor más extensa que existe nos rodea ahora mismo: ser parte de una increíble, casi imposible Creación Divina. Todo lo que somos, cada átomo que existe, es un milagro celestial que nos debe regocijar por sí mismo.

Si hubo un Creador o no, si le dicen de un modo u otro, eso no importa, ya que la Obra en sí misma, al ser un reflejo y una manifestación de su esencia, forma parte de y en ese caso, al adorar la Obra, adoramos al Creador (exista o no).

La fuente inagotable de amor por excelencia, el Universo, nos inunda, nos atraviesa y nos sobrevive. Es el testigo de nuestro paso por él, y todo lo que dejamos detrás, todo el amor que dejemos detrás de nosotros, es nuestra ofrenda.

Desde enseñanzas hasta orgasmos repartidos, todas las formas de amor son válidas. Debemos recordar esto y poner atención y preguntarnos: ¿de este modo estoy amando? ¿Es un amor satisfactorio, que construye? ¿Me gustaría que me amaran así? ¿Esto que recibo, aunque no sea como yo espero, es amor?

El amor pocas veces es incondicional. Pero encontrar maneras de completar las transacciones de amor, es lo que nos pone a prueba y nos une todavía más. Los obstáculos al crear vínculos de amor, construyen y vuelven más fuertes nuestras relaciones y nuestras comunidades.

Básicamente, esta es mi propuesta: sí, es un mundo raro, pero eso lo hace milagroso, divino en el sentido estricto y literal. Nos brinda y se alimenta de amor. Al darlo y recibirlo, el universo se acomoda para ayudarnos a sobrevivir, del mejor modo para nosotros en ese momento. Solo debemos amar. Eso nos salvará.

Es una apuesta importante, pero creo que a lo largo de mi vida y de mi historia personal, es la única que no me ha fallado. Solo comparto mi experiencia personal, no quiere decir que no haya otros caminos válidos y posibles. Pero por este sendero es por donde la vida me ha traído, y es lo que el Universo me ha enseñado hasta ahora.

¿Tú qué opinas? ¿Te hace sentido algo de esto? ¿Estoy simplemente perdiendo mi tiempo al escribir estas líneas? ¿Cómo le das sentido a tu vida? ¿Qué te motiva? ¿Qué te inspira a amar?

Siempre me va a interesar tu respuesta 😉

Comments

Deja un comentario